11.11.14

Neil Govel. Después de haberle escuchado en Alcalá.


De Crónicas Hirsutas , blog de Neil Govel ,activista trans que vino como ponente a la primera charla-debate con activistas transexuales en Alcalá de Henares el pasado Sábado 8 de Noviembre.

Declaraciones como TRANS BISEXUAL visible, en el Día Internacional de la Bisexualidad

Hoy es el Día Internacional de la Bisexualidad, o como decimos también en el entorno activista, el día de la BIsibilidad. Yo voy a aprovechar este día para recordar que las personas trans también podemos ser bisexuales, porque la orientación sexual no es propiedad de las personas cis. Nosotrxs, lxs trans, también somos bisexuales, gays, lesbianas o heterosexuales.

Para esto, quizás conviene recordar la diferencia entre "orientación sexual", "identidad de género" e "identidad sexual".

La orientación consiste en la preferencia sexual y/o afectiva que alguien siente y/o manifiesta hacia otras personas en función de su género. Dentro de este concepto se engloban las ya conocidas orientaciones "bisexual", "lesbiana", "gay" y "heterosexual", así como todas aquellas con las que cada persona desee autodenominarse y que respondan a la descripción de orientación arriba expuesta.

La identidad de género, por su parte, responde al sentimiento de pertenencia a un determinado género. En este sentido, la sociedad, en función de nuestra genitalidad (pene, vagina), nos asigna un género (hombre, mujer) en el momento de nuestro nacimiento. Cuando una persona siente pertenecer al género que le asignaron, podemos decir que nos encontramos ante una persona "cisgénero". Si no hay coincidencia entre el género asignado y el sentido, nos encontramos ante una persona "transgénero".

En los últimos tiempos, conversaciones activistas han hecho que me replantee el término "identidad sexual", que antes definía como la etiqueta que cada uno se cuelga respecto a su orientación sexual "filtrada". Es decir, una persona puede sentir atracción o mantener prácticas sexuales con personas de más de un género pero identificarse como "hetero", "gay" o "lesbiana". Aquí influye, desde mi punto de vista, cómo define o vive cada unx la orientación bisexual. En mi caso, sentir atracción -sólo sexual y en casos muy concretos- hacia los hombres, hace que ya no pueda considerarme monosexual. Comencé a identificarme como bisexual porque no me parecía realista decir que soy monosexual. Pero respeto que haya personas que no se apliquen a sí mismas esta filosofía. Sin embargo, lo que venía a decir es que ya no utilizo el término "identidad sexual" en este sentido.

Ahora mismo, para mí la "identidad sexual" significa si, más allá del género, yo me siento representado por el sexo anatómico con el que he nacido. Los sexos socialmente reconocidos son "macho" y "hembra". Sin embargo, en ocasiones, las personas nacen con una genitalidad que desde el punto de vista médico es considerada ambigua. A estas personas se las considera "intersexuales" (durante mucho tiempo llamadas erróneamente hermafroditas). Las personas que se sienten representadas por su sexo anatómico serían "cisexuales", las que no, serían "transexuales".

En esta dirección, creo que la realidad trans contempla los dos aspectos, el de la identidad de género (hombre y mujer) y el de la identidad sexual (macho, hembra), que pueden confluir o no. De este modo, una persona puede ser transexual y transgénero si no se siente identificada ni con su sexo anatómico (total o parcialmente) ni con el género que le fue asignado. Podría ser, sin embargo, cisexual y transgénero, si se siente identificada con su sexo anatómico pero no con el género asignado.

Soy consciente de que las descripciones limitan, pero en principio las considero necesarias para barrer los errores de concepto, para desterrar la ignorancia que corrompe al pensamiento social. Cuando dichos errores quedan resueltos, las personas ya estamos más preparadas para definirnos a nosotras mismas, o para desdefinirnos. Se caen los muros del pensamiento y ganamos en calidad de vida, porque ya nos constriñen menos las imposiciones. A partir de ahí, cada uno se piensa como y hasta donde quiere.

Para seguir profundizando en estos conceptos os recomiendo un libro de Olga Viñuales, titulado "Lesbofobia", en el que la autora desarticula la teoría decimonónica de la "cadena simbólica", según la cual el sexo, el género, la orientación sexual y las prácticas sexuales están estrechamente relacionadas.

Lo que he venido expresando en líneas anteriores me trae a la mente una conversación que tuve recientemente en un entorno activista, y que versaba sobre la apropiación, por parte de las personas cisexuales-cisgénero, de los espacios cerrados de acceso exclusivo a personas de una determinada orientación sexual (generalmente monosexual). Esto ocurre especialmente cuando se trata de espacios en los que queda al descubierto el cuerpo. Aquí, las personas transexuales que no nos hemos sometido a una cirugía de resignación genital, somos excluidas por no ser consideradas hombres y mujeres "completxs". Para describir este rechazo, yo suelo emplear un concepto (que desconozco si ha acuñado alguien antes), y que es el de "genitalismo". El genitalismo consiste en definir el género de una persona en función de sus genitales, negándonos a las personas trans el reconocimiento real de nuestro género sentido y manifestado mientras no nos hayamos sometido a la cirugía oportuna. Es decir, nos transmiten el mensaje de "no eres un hombre completo o real porque no tienes pene", y a la inversa con las mujeres trans.

Desde mi punto de vista, las cirugías son una decisión personal. Yo no me siento menos hombre por no tener pene, igual que no considero menos mujer a una mujer trans que sí lo tenga. Yo he mantenido relaciones sexuales con una mujer trans, y su desnudo no ha hecho que deje de verla como mujer. Como suelo decir, que ser abierto es muy fácil de boquilla, pero hay que verse en una situación real para poner a prueba la dimensión de nuestras miras.

Retomando el tema de la conversación que mantuve, la otra persona defendía que los hombres trans bisexuales o gays no podíamos compartir con hombres cis un espacio de hombres gays o bisexuales en el que se hablase sobre sexo y/o cupiese la posibilidad mostrar el desnudo, porque nuestra genitalidad no era la adecuada. Creo que hay mucho cisexismo que combatir en el terreno activista.

No considero sinónimos al cisexismo y a la transfobia. La transfobia tiene su base en el cisexismo, pero no es tan "inocente" como este. La transfobia es (mal)intencionada, el cisexismo es políticamente correcto. Veo en el activismo personas cis que continúan con sus prejuicios cisexistas aunque hayan abandonado hace tiempo la transfobia manifiesta (si llegaron a participar de ella).

Y posiblemente a mí no me interese desnudarme en un espacio lleno de gente (hombres y/o mujeres), no por inseguridad, no por prejuicio, sino porque esa práctica no se encuentra entre mis preferencias. Pero tampoco voy a consentir que, como hombre, se me niegue ese derecho, porque eso, señorxs, es EXCLUSIÓN.



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