24.10.14

Parir cantando



Conocí el canto carnatico en 2007 durante uno de mis viajes a Italia. Sabía que Mª Grazia Billone, amiga y matrona independiente, acompañaba desde hacía algunos años a las mujeres que así lo deseaban a parir cantando, según las enseñanzas del ginecólogo francés Frédérick Leboyer. Las mujeres terminaban cantando durante todo el trabajo de parto, tanto en partos domiciliarios como hospitalarios. Había tenido oportunidad de escuchar hablar a Mª Grazia de los beneficios del canto en el proceso del parto y para la salud del periné femenino. Sin embargo no le di demasiada importancia hasta algunos meses después, cuando me encontré en la cocina de la casa de una amiga, que estaba a punto de parir acompañada por esta sabia “matrona cantarina”.

Quedé admirada viendo como la futura madre, aparentemente tan pequeña y frágil, no dejaba de cantar durante horas, incluso durante las contracciones más intensas, sin inmutarse. Además seguía preparando una infusión, comiendo una galleta o conversando entre contracción y contracción!?! Dio a luz de forma intensa y totalmente fisiológica a una preciosa niña, a quien puso inmediatamente sobre su pecho entre risas y lágrimas de emoción, en un ambiente cálido y sombrío, con el sonido de la tamboora (el instrumento hindú que acompaña el canto carnático) como música de fondo. Alumbró la placenta al cabo de 10 minutos sin intervención alguna, y quedó unida a la bebé hasta que ella estuvo preparada para asumir la separación de quienes había sido su nutricia y alidada compañera desde su concepción y durante todo el tiempo de su vida intrauterina. Fue entonces cuando el cordón se rompió, separando la bebé de su placenta, a los dos días del nacimiento de la pequeña Sarah.

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